Estas son algunas de mis Crónicas, que ya han sido publicadas parcialmente en La cita Trunca, www.etcheverry.info.
Arturo Méndez-Roca
I
Dios como proyeccionista. Si hay algo que está ganando más y más terreno en el territorio (realm) de la tecnología, es la producción de la inteligencia artificial, desde Talos, la creatura metálica de Hefestos, pasando por el robot ajedrecista de Torres Quevedo, con su cima en los Terminators, películas que tematizan un mundo futuro, que siguiendo una trama de Philip K. Dick, es controlado por máquinas creadas por el hombre a semejanza humana. Pero la analogía es más aparente que real. La máquina, la computadora, procede en forma lineal, agarra la información y los recursos, el hardware y efectúa la acción. El hombre no puede. Para toda acción importante o de envergadura, tiene que darse impulso. Necesita en envión, la volada. No se puede poner al país a trabajar hacia determinadas metas económicas productivas, por ejemplo, sin llamados a ‘el gran salto hacia delante’, el glorioso ‘primer plan quinquenal’, el ‘milagro económico’, las ‘Metas para el Milenio. No se recolectan platas para aliviar los efectos de catástrofes de origen natural o humano sin magnos eventos televisados ‘We are the wooorld’. Incluso para obtener placer carnal o simplemente obedecer el llamado de la especie (la selva) para reproducirse, el galán ya sea se pega una vueltecita por el infierno a lo Dante, se mata a lo joven Wherter, o se bota a niñito choro ‘pimp’, para eso tiene que comprarse unos pantalones anchos y un gorro de lana. En resumen, y como decía el vate T.S. Elliot ya decía en Los Hombres Huecos:
Entre la idea
Y la realidad
Entre los actos
Y el ademán
Cae la sombra
Porque Tuyo es el reino
Entre el concepto
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
Cae la sombra
Pero otra que sombra ché, como dirían los cuyanos (de Cuyo, que es así como se dice en Chile a los argentinos, aunque no vengan de Mendoza). Se trata, y aquí volvemos al comienzo, de películas. Lo que diferencia al hombre de la máquina es que se pasa películas, y la máquina va a al grano. Y es ahí donde se nos meten los mitos, lo que la larga no es tan serio, ya que son explicaciones sucintas y simplificadas de cómo las cosas han llegado a ser esto que son, y con harto color, porque la atención de los sentidos de los humanos decae, de ahí la necesidad del
drama, el estilo, etc. Y también es el territorio por antonomasia de Dios, el Primer Proyeccionista, la Película de Películas, el Dueño del Teatro, que echó a andar la máquina del universo, que nos sostiene en su mano, excusa para voladas que han acompañado los sacrificios de las vestales, de las ñustas, los corazones arrancados en las guerras floridas, la inquisición, las cruzadas, que le han dado un marco a la conquista y a las diversas colonizaciones, y ahora
a la jihad contra el mundo de los integristas de la media luna, sostenedores de dinastías feudales, acumuladores genéticos mediante la opresión de la mujer, enfrentados a los enfermos de la casa blanca cuya estrategia final es la película del Armagedón, la solución del Conflicto de los Siglos, la preparación del escenario final con los otros, los distintos, los obscuros, a quienes quieren ver como soldados de la armada de Satán con que se enfrentarán en la pantalla
grande de lo dicen que es la Tierra Santa. Pero como decía el vate, “cae la sombra”, y esa sombra entre concepción y concreción es la cueva en que habita el creador, porque, otra vez , como dice el poeta “Porque
tuyo es el reino”.
II
Si me juntara a tomarme un café con Von Daneken, que debe estar harto viejo, si es que no se ha muerto, pero en todo caso los sueños sueños son y los sueños de la razón engendran monstruos, como dijo alguien con bastante nombre, con bastante prensa, creo que hace bastante tiempo. Bueno, le diría que ahora recién, con los años, le estoy tomando el peso a sus afirmaciones en algún momento tan descabelladas y vendedoras de edición tras edición de libros de bolsillo (paperbacks, como se dice por aquí).
Mi formación materialista no se contradice con este tipo de especulaciones. Vassiliev, discípulo de Pavlov, lidereó en medio del stalinismo más álgido de los cincuenta los primeros experimentos sobre la percepción extrasensorial: sujetos encerrados en cabinas de plono que flotaban en mercurio líquido tenían aciertos que superaban con mucho las expectativas estadísticas cuando se entregan a la telepatía. Incluso leí por ahí hace bastante tiempo que la concepción de Von Daneken sobre el origen la civilización podía calificarse de materialista. Pero lo que me interesaría decirle tiene que ver con que la intervención civilizadora de los extraterrestres en el alba de los tiempos, que la tradición y mitos humanos han apercibido como dioses está patente en la mezcla de directrices higiénicas y dietarias: baños y abluciones rituales, circuncisión, prohibición de ingerir mariscos—seguramente debido a frecuentes envenamientos masivos en las comunidades costeras—, alertas contra la carne de cerdo, por la frecuencia de la triquinosis. Matanza higiénica de reses, imposición de fechas de ayuno, etc. Incluso hoy en día los más elementales brotes surgidos del cristianismo oponen la ingestión del café, el alcohol, etc., adoptando el camino fácil de la disciplina personal, que siempre deja un resabio de satisfacción, mind over matter, como dicen en este hemisferio. Si bien no han abandonado el proselitismo, la conversión del otro, sí han abandonado el papel comunitario y la preocupación por el prójimo, que se liga al combate contra el lucro, ya que era más fácil que un camello pasara por el ojo de la aguja a que entrara un rico en el reino de los cielos. Antes de que los prelados de morado empezaran a sentarse a la mesa a compartir los banquetes de nobles, bocatto di cardinale, y los así llamados protestantes sacaran como por arte de magia del sombrero negro de los acomodos la idea de la virtud intrínseca del trabajo cuando para Jehová era una maldición. En fin, Von Daneken empezó a bostezar y me tuve que ir, hasta la próxima, con mi música a otra parte. Pero me pagó el café.
III
Una especie de polémica recorre las aulas de escuelas primarias, colegios secundarios y universidades de América del Norte, sobre todo en las regiones que componen lo que llama El Cinturón Bíblico, que abarca desde el oeste de Tejas y el este de Nuevo México y Kansas, parte de Virginia y el norte de la Florida en el sur, el sur de Aberta, Saskatchewan y Manitoba, en Canadá. Y sólo para dar ejemplos. Se trata del asunto del diseño intencional de la trama del universo por un sujeto que para nuestra sorpresa y en forma bastante sorprendente sería su creador. La percepción de un orden donde claro, el hombre como hecho a imagen y semejanza de la divinidad ocuparía el lugar central por mucha penitencia, rezo, dieta y abstinencia a que humildemente se sujete, lo cortés no quita lo valiente, o como decían mis parientas mujeres en mi infancia echando el pelo, “lo Cortés no quita lo Monroy”. Tampoco esas disciplinas auto/hétero impuestas se levantan en el camino de la actividad comercial, sino que pasan a conformar parte de una disciplina que la impulsa. Pero no nos alejemos del tema. Creo que ya hemos hablado de que en su momento, y así lo dicen los Apóstoles, Cristo habría echado a correazos a los mercaderes del templo, aunque mucha cristiandad sobre todo desde Calvino y Lutero dicen que no se oye padre y no ven inconveniente en instalar su bolichito siempre que no coman chancho, o no tomen cafeína o alcohol ni estiren mucho la mano (usté me entiende), total si a uno le va bien y el del lado se muere de hambre estará de Dios y a veces hasta les baja el espíritu y hablan en lenguas. Pero otra vez nos salimos del tema. La mano izquierda no sabe lo que hace la derecha. El asunto del propósito de la creación del universo, lo que los gringos llaman Intelligent Design, repitamos, diseño inteligente. Incluso hay algunos científicos que se quedan maravillados y creen percibir un orden, etc., y por tanto, como gente en general muy perceptiva e intuitiva cuando se la saca del casillero de sus investigaciones, deducen a renglón seguido que en la ‘maravillosa trama del universo’, tiene que haber un designio, una intención, por lo tanto un creador de toda esa belleza. Hace unos cuarenta años, en los sesenta, cuando esa misma gente en las universidades y colegios estaba tratando de descalificar a Darwin, cosa bastante difícil en una cultura que valoriza extraordinariamente los espejos, ya que es obvio que somos primates pelados, y habemos algunos pelados que somos muy monos, se les habría preguntado si conocían a Timothy Leary, si les había pasado una pastillita. Pero ahora me voy a una conmemoración del asesinato de John Lennon, hace 25 años la música más popular hablaba y celebraba la paz, a veces, no a la violencia, los pimps y los balazos. Me despido prometiendo una más detallada refutación de la tesis, en gringo, del Intelligent Design, porque me gustaría explicitar la afirmación Intelligent Design my foot, que literalmente sería “diseño inteligente mi pata”, en criollo cuéntate una nueva. Por el momento digamos que fui profesor de filosofía en las antípodas, que el en sexto humanidades o posteriormente en el cuarto medio en Chile de los sesenta y comienzos de los setenta enseñaba rudimentos de filosofía, que un señor llamado Kant o fundamentó que no se puede creer así sin más en la así llamada ‘realidad’, “todó lo que brilla no es oro, las apariencias engañan como ven” iba un pedacito de una letra de una canción de Los Caporales. Que Descartes demostró que casi es imposible ir más allá de que la única certeza es que existe uno. En los programas de la secundaria en América del Norte no se enseña filosofía. Ése es el problema. Ni siquiera nos vamos a meter con Heisemberg y sus partículas indeterminables. Menos con Zenón y el infinito, que está muy bien como concepto, pero que si existiera mantendría a la pobre tortuga inmóvil para siempre y yo no podría presionar ni una tecla.
Así nos hemos vistos a confesar que carecemos de la posibilidad de invocar sin un gran riesgo moral una cantidad de instancias vitales universales tal como las experimentamos en el curso de nuestra vida normal, antes del transplante, antes de la locura de fin de siglo y comienzo del presente
Un elemento estilístico importante que hay que tratar de conseguir es legitimar el lenguaje abstracto, que desgraciadamente es el único que comunica cosas más o menos generales
O bien experimentar con nuevas maneras de decir que puedan hacer un poco de análisis, pensar un poco en la página pero con sabor, como dirían los caribeños
--pero eso no es culpa tuya. Tú ya has hecho bastante. Has hecho lo que has podido y ese tipo de proyecto de escritura pocos poetas se lo han planteado. Yo te diría que ninguno. Que Chile, país de donde sos originario es un país de poetas se ha convertido en un lugar común. No hace mucho un amigo (creo) que no voy a nombrar recibió por este mismo medio electrónico un cuestionario de una oscura revista chilena para que diera su opinión, contestando a una sola pregunta, ¿es cierto que Chile es un país de poetas?. Hay en América del Norte bastante legislación de origen consuetudinario sobre el derecho a la privacidad. Pero que no se envanezcan los detractores de los canutos diciendo que eso pasa en la cultura protestante individualista blá blá blá etcétera etcétera. Los mismos españoles tienen desde la Edad Media un dicho que reza “Debajo de mi capa mato al rey”
IV
V
sacro. Pero no es ése el miedo que nos embarga.
Transidos de una voluntad atea, centrada en el hombre, o mejor dicho la humanidad, no podemos sino reconocer el papel de la religión como instrumento adecuado para la domesticación del animal humano. Creo que esto ya lo hemos dicho. La mayor parte de las religiones son como el cuidador del zoológico siempre atento a evitar que el mono se masturbe, como la criada (ya no
existen), como la asesora del hogar que trabaja por horas vigila que el niño, según Freud ese perverso polimorfo, no pase la lengua por el plato, torture a su hermana menor, juegue con sus excrementos. A ojo de buen cubero nos parece que sólo el sector socialista de la Iglesia Católica y la religión Sikh ponen el concepto y el cuidado del prójimo, la igualdad de los
seres humanos sin distinción de género o raza en el centro de sus concepciones. Se yergue sobre un cielo puro formado por dos capas superpuestas:la de la religión y la de la filosofía, la figura espiritualmente alada de Spinoza que en su momento dijo que el cuerpo de Dios era la creación entera. Desde ahí es el alma que pena en el sueño de prelados de distintos colores, algunos de los cuales están reunidos en este mismo momento para considerar la excomunión de los jerarcas políticos practicantes de la susodicha religión que no se dobleguen ante sus obsesivas políticas de discriminación sexual, pero que nunca se plantearon privar del Santo Sacramento a los oficiales creyentes llevados a la así llamada presidencia en estados de habla hispana o portuguesa (recordemos a Oliveira Salazar, al siniestro Franco,al bonachón de Pinochet).
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